Es una raza originaria del Perú, del antiguo Virreynato del Perú y desde hace 200 a 300 años que se cría en nuestro país, especialmente en el norte. No está muy difundida en el sur del país pero cada vez existe mayor interés por esta raza siendo su principal característica la silla, por lo cual se dice que es la mejor raza de silla del mundo porque se desplaza por vípedos laterales y cuatro tiempos, es decir mano y pata del mismo lugar y del mismo lado pero en cuatro batidas y socronas, lo que hace que no desplace su centro de gravedad. Va a una velocidad que sería el trote largo o galope corto del criollo y de esta manera su jinete no se mueve de la montura, además de la belleza de la arrogancia del movimiento. Es una raza que cada vez se está difundiendo más en todo el territorio argentino, por lo cual las expectativas son muy buenas.
Aquella persona que monta un caballo peruano de paso es muy difícil que lo cambie por la suavidad que tiene, su desplazamiento, el avance y además es un caballo bien hecho por su temperamento, muy bonito, despierto, de una gran vivacidad, muy dócil, fácil de enfrenarlo, especial para lucirse en las fiestas y en cualquier cabalgata porque es muy resistente de largo aliento. La provincia de Jujuy se destaca por la cría de excelentes caballos peruanos que han sido merecedores de premios a nivel regional y nacional. Por esta razón la pista central de la Sociedad Rural Jujeña ha sido sede de numerosos concursos de caballos peruanos a nivel regional y nacional.
